Desde Osorno −o Chauracahuin−, la poeta Roxana Miranda Rupailaf escribe sobre la mujer, la naturaleza, los ancestros y, en su último libro, sobre el boxeo. La artista, invitada a La Furia del Libro 2002, destaca la poesía mapuche-huilliche de sus tierras y el trabajo de otras poetas latinoamericanas, como Dina Ananco y Gabriela Mistral.
Santiago no es Chile
Yo creo que sí, porque hay muchas cosas que están centralizadas, no solamente en Santiago sino también en las capitales regionales. Yo provengo de la provincia de Osorno y cualquier trámite tiene que hacerse en la capital regional, lo cual dificulta bastante las cosas. Y Santiago es Chile en el sentido de que los sucesos o eventos más importantes parece que ocurren allá. Nosotros estamos tratando de hacer, siempre, un trabajo de descentralización de aquello.
Adónde llevarías a alguien que visita por primera vez tu ciudad
A Chauracahuin, que es el nombre ancestral de Osorno, y a Pucatrihue , una playa que está cerca de la ciudad y donde está la Piedra del Abuelo Huenteao, que es una piedra sagrada. Yo creo que cualquier persona que conoce el mundo mapuche-huilliche tiene que saludar primero al espíritu –al gnen– de este territorio.
Cómo es la relación de tu ciudad con los libros
Hay una cierta tradición literaria y hartos escritores, como Delia Domínguez y Graciela Huinao y todos los poetas mapuches-huilliches: Bernardo Colipan, Paulo Huirimilla, Jaime Huenun, César Millahueique, Adriana Paredes Pinda, Cristian Antillanca. Hay un grupo importante de escritores huilliches que fueron formados en Osorno –o, más bien, Chauracahuin– y también en el mundo rural.
Respecto a los libros, ha sido muy complejo. No existen librerías, salvo Multilibros, que se centra en títulos más comerciales. Las bibliotecas, la de la Universidad de Los Lagos y las bibliotecas escolares, fueron mi mayor apoyo al momento de escribir. Y cuando era chica, por supuesto, los quioscos donde aparecían ediciones escolares de literatura.
Describe tu último libro en tres palabras
Kewakafe (Provincianos, 2022): boxeo, amor y lucha.
¿Qué te llevó a ser escritora?
Empecé a escribir desde muy pequeña, a los 12 años, producto del accidente que tuve con una amiga, donde ella perdió la vida. Eso hizo que me refugiara en los libros y en la escritura. Comencé a desahogarme en cuadernos que después se transformaron en mis primeros escritos y a partir de ahí generé mi primer libro, que es Las tentaciones de Eva.
¿Qué música que escuchas cuando escribes?
No tengo una canción, una banda fija, porque creo que los libros hablan y hablan de temáticas distintas y uno busca también vincular ese libro a cierta música. Por ejemplo, Kewakafe lo vinculé mucho a la banda sonora de las películas de Rocky y Shumpall lo escribí escuchando música música mapuche que tuviera alguna relación con el mar.
¿Cuál fue el último libro que te sorprendió?
El último libro que me sorprendió fue el de Dina Ananco, que se llama Sanchiu. Ella es hablante de la lengua wampis del Amazonas. Es el primer libro que se publica en esa lengua originaria y me gustó mucho porque lo encontré una literatura bien actual, bien contemporánea, a la vez que se vincula con lo ancestral, con lo antiguo. Me sorprendió mucho su escritura y estoy muy contenta de haberme encontrado en el camino con este libro.
Un escritor/a al que siempre vuelves
Por supuesto que uno de los escritores al que siempre regreso es Gabriela Mistral, porque me gusta mucho su escritura, me identifico con lo que ella habla acerca del paisaje, el cuerpo, la identidad indígena. Creo que tiene un imaginario poético muy hermoso, con un lenguaje muy enriquecido, muy vasto. Es una autora de la que siempre regreso porque siempre uno va encontrando cosas nuevas, su lectura se va actualizando también con el contexto en el cual estamos inmersos.
Un consejo para escritores/as jóvenes
Que lean mucho y que estén actualizados e informados respecto a lo que está pasando. Que confíen en sí mismos y que publiquen. Que no tengan miedo y que se arriesguen.
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