La herida abierta

Las mujeres de ese pueblo olvidaron el aroma de las flores, la textura de la tierra húmeda. Les corroe el deseo de ver nacer y la crueldad de volver a tener a la muerte respirándoles en pleno rostro. Por eso ellas prefieren el desierto, la sequía plomiza, las grietas sedientas.

Editorial relacionada

No hemos encontrado editoriales relacionadas con esta acvidad